El triángulo Pikler es una estructura de madera diseñada para que tus peques puedan trepar por sus peldaños. Se divierten a la vez que exploran los límites de sus capacidades físicas, poniendo a prueba su equilibrio, coordinación general y fortaleza física. Como indica su nombre, está basado en el método de aprendizaje que desarrolló la pediatra austrohúngara Emmi Pikler. Este método, que bebió de otras escuelas activas como la de Maria Montessori, supuso una revolución al reconocer el potencial de los mas pequeños ofreciéndoles una total autonomía basada en límites concretos, siempre con supervisión, a la hora de desplegar con libertad su motricidad.
Este juguete busca el desarrollo integral de tu peque ofreciéndole desarrollarse a su ritmo, sin imponer pautas tanto en su aprendizaje como en su desarrollo cognitivo. Se puede comenzar a usar desde los 6 meses hasta los 5 años de edad.
El reto que plantea este juego, el aprendizaje a base de errores y la superación día a día de sí mismos alcanzando metas poco a poco. Un día pueden subir dos barras e ir alcanzando distancias mayores según van practicando.
En este tipo de estructuras es mejor que se usen descalzos, ya que los calcetines o zapatos pueden hacer que el niño pueda resbalarse.
¿Qué aprendemos?
- Motricidad global: estimular esta capacidad es vital para que niños y niñas desarrollen el control de los movimientos de su cuerpo.
- Estimulación sensorial: el beneficio de que los más pequeños experimenten con las tareas cotidianas del hogar es mayor de lo que creemos. Promover que, por ejemplo, cocinen o limpien con adultos les estimula positivamente.
- Sentimiento de autoestima: cuando los pequeños observan que son capaces de hacer las cosas por sí solos desarrollan su perseverancia y autoconfianza. Es enriquecedor que afronten posibles situaciones de frustración para que conozcan como las pueden gestionar para hacer frente cualquier reto hasta lograrlo.
- Imaginación: los picklers pueden usarse de muchas formas diferentes. Entre las infinitas posibilidades, los más pequeños podrán hacer volar su imaginación para descifrar el modo de resolución que mejor encaje con sus capacidades o habilidades.